E.M.P.A.L.A.B.R.A.R.E.L.M.U.R.O.

E.M.P.A.L.A.B.R.A.R.E.L.M.U.R.O.
Acción performativa Nueva Galería Santa Fé, Bogotá
2021

Son dos proyectos de escritura expandida que se proponen desplegar poesía sobre los muros, acentuando la acción de escribir a mano; subrayando la presencia de la caligrafía como un elemento significante. Escribir con y por el cuerpo es poner de manifiesto lo visible; es decir el significado concreto de la palabra, pero también traer a escena lo invisible; esas voces interiores, individuales y colectivas que reverberan en forma de crisol en el interior de cada individuo. La historia, la experiencia y el sentimiento se traducen en el movimiento del cuerpo que escribe. El cuerpo escribiente es un parlante, una tarima, un telón, un bailarín o bailarina y un actor o actriz.

El cuerpo a través de la acción se vuelve letra y la escritura se fija en el muro, pero ese movimiento se revierte y la escritura luego hace cuerpo, pues EMPALABRARELMURO es una escritura en acción y además es lo que queda de esa acción. La intención no es en absoluto construir en texto narrativo continuo, es más bien permitir que las palabras tomen su rumbo propio. El sujeto se entrega a la escritura como quien se entrega a un gesto, permitiendo que la palabra autónoma pañete ese muro como si fuera ladrillo plano, piedra angular encontrando el resquicio que le calce. La escritura es UN CUERPO explorando el espacio. El cuerpo y la escritura cuerpo crean territorio inmanante, un territorio abierto, dinámico que se construye en el proceso mismo de la acción. El emplazamiento se convierte en ESCRIPTORIUM, termino usado en la antigüedad para designar el lugar dónde se realizaba el trabajo.

La caligrafía es a su vez línea, línea sinuosa que avanza como hiedra agarrándose al muro. La escritura se transforma también en dibujo, es decir en figuras que al entrelazarse articulan
una composición visual, algo que está más allá de un relato, que es forma pura, abstracción, pero abstracción de la escritura en cuerpo y abstracción del cuerpo en dibujo y todos estos lenguajes convergen en el muro y, al explorar el espacio, los lenguajes se exploran a sí mismos y se desvanecen unos en otros. La poesía nace de otra acción. El sujeto escribiente escribe desde la escucha, su
materia prima es el compendio de voces interiores de diferentes personas quienes generosamente envían sus pensamientos a través de cartas, mensajes de audio, mails, fotografías y entrevistas. Esas voces se instalan en el sujeto escribiente y desde ese estado de apertura, de receptividad se articula la poesía. Las líricas no son resultado de la individualidad del ser, las líricas son más bien el resultado del abandono de ese ser  individual. La primera versión de esta obra se realizó en el interior de la casa de la escribiente, ahora este trabajo se propone ser extrapolado al afuera, al exterior, al espacio público. Es también un movimiento que proyecta, fuga, si se quiere, aún más la acción de extender la voz, la escritura, el cuerpo y el dibujo.
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